Desert Rose, Una aventura de largo recorrido

   Dentro de unos días, para ser más exactos el próximo 13 de Noviembre, se pondrá a la venta uno de los proyectos más excitantes de mi carrera profesional. Un proyecto que dio comienzo hace ya más de un año y que por fin verá la luz, tras una larga y dura producción.

   Antes de nada he de decir que durante más de seis meses he estado buscando un artista árabe que pudiese interpretar la parte en la que el artista argelino Cheb Mami interviene en el tema original junto a Sting. Pero fue completamente imposible. La historia está en que no me servía un cantante árabe normal y corriente; el idioma original en el que Cheb Mami interpreta el tema junto a Sting, está cantado en un dialecto del árabe llamado Raí, que tan sólo conocen algunos nativos de una cierta región de Argelia, en el continente africano, con lo cual encontrar al artista que pudiera cantarlo se convirtió en una tarea realmente complicada. Casi imposible. Y digo casi, porque tuve la oportunidad de ponerme en contacto con el propio manager del artista para intentar que fuese el propio Cheb Mami el que cantara esa parte, pero a pesar de que viera con buenos ojos intervenir en el proyecto, la cantidad de conciertos pendientes que tenía las siguientes semanas, imposibilitaban al artista unirse a él hasta pasados al menos unos meses. 

   Finalmente, tras mucho meditarlo, decidí que teníamos que seguir adelante con el proyecto eliminando el registro árabe del tema original, para quedarme sólo con la maravillosa voz de Peyton, que dicho sea de paso, bajo mi humilde punto de vista, la verdad es que lo borda. Sting es y será siempre uno de los mejores artistas de la historia de la música. Pero Peyton no se queda en absoluto atrás en esta versión de uno de los grandes clásicos de los 90.

   Pero no termina ahí. Ni mucho menos. Cuando el proyecto estaba casi terminado, la mala suerte se cebó conmigo de nuevo cuando el disco duro en el que guardaba toda la información de este trabajo (y de algunos más) se me jodió (hablando mal y pronto). Un disco duro en el que se encontraba la estructura original del proyecto, los sonidos, la mezcla, etc. La esencia del tema. El puto disco se fue a la mierda. Así que no os lo perdáis; tuve que volver a empezar desde el principio.

   Recuerriendo al ingeniero que grabó las voces del tema en Senkai Studios (Carlos Legaz, Palma de Mallorca) para recuperar las grabaciones originales, conseguí emepezar de nuevo. Fue una tarea tremendamente complicada. Por mucho que sepas los pasos que te van a llevar a volver a producir el tema de la misma manera que lo tenías, es casi imposible dar en el clavo para hacerlo exactamente igual. Me explico; hay miles de parámetros en la mezcla, miles de automatizaciones, cientos de combinaciones y posibilidades en la creación de sonidos, que son casi imposibles de reproducir de manera exacta. Pero al final lo conseguimos. Con la ayuda del propio Legaz (un fenómeno) y con mucha paciencia y horas de dedicación, conseguimos no sólo igualar lo que ya tenía, sino mejorarlo.

  En medio de todo, mi cabeza funcionaba a mil por hora y me pedía más. Nos pedía más. A Peyton y a mí. A medida que Peyton iba interpretando el tema en directo por todas las ciudades del mundo y yo hacía lo mismo en mis sesiones, nos íbamos dando cuenta que la aceptación del público estaba siendo cada vez mayor. Así que me puse en contacto con dos grandes hermanos que tenemos en Oriente Medio, Fahmy & Samba, con quienes negocié la posibilidad de rodar el video clip en El Cairo, lugar en el que el tema estaba resultando ya un éxito después de pincharlo en las numerosas sesiones que hago cada año allí. Un país maravilloso, con un gente excepcional, por cierto.

   Dicho y hecho; gracias a ellos (Fahmy & Samba), en menos de un mes, Peyton y yo, junto a Irene Oliveira (Eloïse Management) en la producción e interpretación del video y Franck Buffi (Director de entre otros vídeos, Feel it inside y After the summer) en la dirección y fotografía del video, volábamos rumbo a El Cairo, para rodar el video del Desert Rose, en el mismísmo desierto egipcio. Y así fue.

   Una experiencia inolvidable, que creo queda reflejada en el video que dentro de unos días se publicará para todo el mundo junto al disco, que se ha convertido sin duda, en uno de los proyectos más excitantes de mi carrera profesional. Y otro más de una larga serie de temas que voy a hacer junto a un artista espeluznante, un alma gemela con el que ya he tenido el placer de trabajar en varios temas, Peyton Christopher.  Espero que la acogida del público sea la que esperamos Peyton, un servidor y la propia compañía, Blanco y Negro, que está apostando muy fuerte por el proyecto. 

Desert Rose es junto a "Don´t Let This Moment End", uno de esos discos que desde que empecé en esto siempre he tenido en mi cabeza. Y siempre he querido versionar. Y por fin llega...

Y es que ya se sabe... Más vale tarde que nunca.

Carlos Gallardo